Las Sales de Schüssler son
doce sales minerales que se hallan en el organismo humano -en mayor o menor
medida- y son imprescindibles para su correcto funcionamiento por lo que la
carencia de una o varias de ellas puede propiciar la aparición de una serie de
disfunciones y trastornos que acaben provocando algunas de las llamadas
enfermedades. De ahí que a propuesta del médico alemán Wilhelm Heinrich
Schüssler hoy se utilicen terapéuticamente de forma homeopática para armonizar
el metabolismo y estimular su capacidad autocurativa logrando cada una de ellas
la mejora de funciones metabólicas específicas. Con la ventaja de que:
·
no hay peligro de excederse en la dosis ya que
el cuerpo sólo aprovecha lo que necesita y el resto lo expulsa.
·
No hay pues efectos secundarios iatrogénicos y
·
no se conocen contraindicaciones.
Se trata, en suma, de un
remedio centenario, natural, de utilidad contrastada y completamente inocuo que
se puede utilizar como preventivo o como complemento de cualquier otra terapia
o tratamiento. Schusslerun pionero de la medicina, corría la segunda mitad del
siglo XIX cuando el “padre” de la Homeopatía, el Dr. Samuel Hahnemann,
descubrió experimentalmente la utilidad de las llamadas sales inorgánicas para
la recuperación de la salud; sin embargo, no llegó a precisar su empleo
terapéutico. Por eso años más tarde retomaría esas investigaciones
completándolas el doctor Wilhelm Heinrich Schüssler y de ahí que lleven su
nombre. Es más, a él se atribuye el desarrollo de lo que en la actualidad se
conoce como Bioquímica, es decir, la ciencia que estudia la composición y
estructura química de los seres vivos y la dinámica de sus procesos
metabólicos. Hoy, además de tenerle por un pionero, muchos profesionales de la
salud le consideran un revolucionario de la Medicina de su tiempo ya que
consiguió dar con un nuevo método de prevención y tratamiento de las
enfermedades que, basándose en los principios propios de la Homeopatía, limitó
a sólo 12 los más de 1.000 remedios que la misma utiliza.
En cuanto a su método de
estudio cabe explicar que el doctor alemán se basó en el análisis pormenorizado
de las cenizas en que quedan convertidos los distintos tejidos humanos tras su
incineración constatando así que todos ellos están básicamente compuestos por
12 sales inorgánicas esenciales para las células y además que cada tejido del
cuerpo tiene una base mineral diferente.
Concluyendo, como resultado de
sus investigaciones, que si los tejidos no reciben la cantidad adecuada de cada
una de esas sales se desequilibra el metabolismo celular provocando la
aparición de muy diversas dolencias. Coligiendo luego, mediante experiencia
clínica, que dichas dolencias desaparecen cuando los tejidos reciben de nuevo
las sales requeridas en cantidades muy pequeñas.
“Para Schüssler–explica
Günther Heepen, médico, psicoterapeuta y presidente de la Sociedad Bioquímica
Alemana- si se mantiene una adecuada nutrición la actividad celular será normal
y no habrá enfermedad. Y para nutrirse las células humanas necesitan compuestos
orgánicos complejos y las sustancias inorgánicas o minerales que él determinó.
Es decir, la deficiencia de una sal mineral impide que las células asimilen y
utilicen los compuestos orgánicos y, por tanto, desde esta concepción, los
déficits de sales inorgánicas son la causa última de la enfermedad. Por lo que
mediante el aporte de esas sales minerales puede restablecerse la nutrición y
el metabolismo celulares y, con ello, la salud”.
Así lo dejó escrito el propio
Schüssler cuando en 1874 dio a conocer los principios de su terapéutica –basada
en los postulados homeopáticos sobre asimilación y similitud de sustancias- a
través de la obra Una terapéutica abreviada fundamentada en la histología y la
patología celular. En ella puede leerse que:“...si en el curso de una
enfermedad se retrasa la curación espontánea se deben entonces administrar las
sales minerales adecuadas, en forma molecular. Estas moléculas pasan a la
sangre a través de la mucosa bucal y desencadenan en el foco de la enfermedad
un vivo movimiento molecular; es decir, se pone en marcha de nuevo el
intercambio de sustancias entre las células sanas y las enfermas lo que hace
que se produzca la curación”.
En suma, cada sal inorgánica
actúa como agente funcional fisiológico del organismo pues su aporte faculta a
las células para aumentar su capacidad de absorción de las sales contenidas en
los alimentos y así, restablecido el equilibrio molecular, devolver al
organismo la salud. Con la ventaja añadida de que la afinidad de cada tejido
con una sal determinada permite que ésta llegue directamente al órgano, hueso,
músculo, etc., que se encuentra debilitado por su carencia.
En resumen, para Schüssler
cualquier expresión fisiológica -incluidas las facultades intelectuales y las
motivaciones psíquicas o emocionales- está íntimamente relacionada con los
cambios químicos que se producen fuera y dentro de las células, y se debe a la
carencia de una o varias de estas sales. De ahí que los profesionales de la
salud que aplican el método del médico alemán recomienden suplementar la dieta
con una o varias de estas sales para suplir carencias concretas de la persona
y, además, desencadenar una serie de reacciones en su organismo que le acaben
devolviendo al estado de equilibrio interno y, por tanto, de salud. Las 12 Sales
de Schussler, decimos, el doctor Schüssler centró su terapéutica en las 12
sales minerales que componen la sangre y los tejidos humanos estableciendo de
cada una de ellas una clínica y unas indicaciones que más de un siglo después
siguen sorprendiendo por su exactitud. Y es que el repertorio bioquímico de
este investigador alemán proporciona –según los cada vez más profesionales de
la salud que retoman sus postulados- grandes y muy diversas posibilidades
terapéuticas para prevenir y tratar numerosas dolencias de forma completamente
natural y sin riesgo de ningún tipo.
¿Y cuáles son esas doce sales
tan necesarias y beneficiosas para el organismo? Pues las que enumeramos a
continuación aunque ya advertimos que por cuestión de espacio sólo hacemos una
breve reseña de las propiedades e indicaciones más importantes de cada una
remitiendo a los lectores interesados en ampliar los datos a los numerosos
documentos publicados sobre ellas:
Natrium muriaticum, Natrum
muriatica o Cloruro de sodio
Es la sal sódica más
importante pues es absolutamente vital para el buen funcionamiento de músculos
y nervios además de estar presente en huesos, tejidos cartilaginosos, estómago
y riñón. Es imprescindible en el metabolismo hídrico de las células, la presión
osmótica y el equilibrio ácido-base e interviene en la excitabilidad nerviosa,
en la neoformación celular, en la hematopoyesis (es decir, en la formación o
producción de elementos celulares de la sangre), en la producción de jugos
gástricos y en la estimulación del metabolismo de la piel y las mucosas.
Está especialmente indicada en
casos de abatimiento, acné, adelgazamiento, alergias, amigdalitis, anemia,
anorexia, artritis, artrosis, asma, astenia, atonía intestinal, blefaritis,
caída del cabello, cálculos renales, cáncer de boca, caspa, catarro gastrointestinal
con diarrea acuosa, catarro mucoso con secreción serosa, cefaleas, depresión,
deshidratación, difteria, dispepsia ácida, dolor de cabeza menstrual, dolor
reumático, eczema, edemas, encías sangrantes, enfermedades de la piel,
entumecimiento de las extremidades, erupciones exudativas en piel,
estreñimiento, excitabilidad nerviosa, falta de concentración, fatiga mental,
fiebre, gastroenteritis aguda, gonorrea, halitosis, hemorroides, hernia de
hiato, herpes recidivante, hipertensión, hongos, hipo, hipoacidez, impotencia,
insolación, insomnio, lagrimeo, laringitis, lipotimia, padrastros,
palpitaciones, paperas, pérdida de memoria, pérdida de peso, prurito vaginal,
pulso débil, rinitis crónica, rinofaringitis, seborrea, sed constante, sequedad
de la piel, sinusitis y verrugas, entre otras dolencias.
Natrum phosphoricum, Natrum phosphoricao Fosfato de sodio
Localizada en las células
nerviosas, los músculos, los hematíes y el tejido conectivo ayuda a eliminar el
ácido úrico, participa en el metabolismo del ácido láctico, neutraliza la
acidez del organismo, resulta un buen remedio para las inflamaciones de las
mucosas (en general disminuye la tendencia a la inflamación), neutraliza los
efectos tóxicos de los radicales libres, evita la descalcificación y tiene una
suave acción purgante además de purificar la sangre. Su carencia puede provocar
trastornos digestivos -entre otros problemas- y se recomienda su uso en casos
de acidez estomacal, aftas, agujetas y acúmulo de ácido láctico en los
músculos, ardor de estómago, artritis con acumulaciones ácidas, cálculos
renales, catarro nasofaríngeo, cólicos gástricos e intestinales, conjuntivitis,
deseo sexual extinguido, deshidratación, diabetes, diarrea fermentativa,
digestiones difíciles, dolor abdominal o de espalda, eructos acompañados de
acidez, espasmos causados por acidez estomacal, estados febriles con una
transpiración de olor ácida, esterilidad, exceso de ácido láctico, faringitis,
fiebre, flatulencia, gastritis, gota, gusto ácido, hernia de hiato, hiperacidez,
hiperuricemia, hongos, lumbago, náuseas, parásitos intestinales, reflujo ácido,
reumatismo, sueño intranquilo, trastornos renales y biliares, trastornos del
metabolismo de las grasas y vómitos.
Natrium sulphuricum, Natrum sulphuricao Sulfato de sodio
Localizada en los líquidos
intersticiales esta sal de efecto descongestivo y detoxificante del organismo
en general es un eficaz activador del flujo biliar y de la función hepática. Se
encarga de eliminar el exceso de líquidos del cuerpo. De ahí que sea la sal
bioquímica de elección en dolencias que afecten a los órganos de excreción y de
drenaje (hígado, vesícula biliar, riñón, vejiga, etc.) y que se la recomiende
en casos de asma, bronquitis crónica, colecistitis, congestión hepática,
congestión pulmonar pasiva, conmoción cerebral, diarrea, edemas, erupciones
cutáneas, fiebre intermitente, hemofilia, hepatopatías, heridas, infección
exudativa gripal con edema y congestión, inflamación de las vías biliares,
inflamaciones e infecciones de los dedos cerca de la uña, micción involuntaria,
molestias reumáticas con hidrartrosis, paludismo, psicosis, sarpullidos,
trastornos hepáticos y biliares, tumores benignos en el ano, úlceras exudativas
de las piernas, uretritis crónica, verrugas y vómitos biliosos.
Kalium muriaticum, Kali muriaticao Cloruro de potasio
Forma parte de todas las
células. Posee efectos específicos sobre la excitabilidad nerviosa y muscular
ocasionando su déficit graves alteraciones de la musculatura lisa y estriada
además de catarro, congestión bronquial y reumatismo articular. Actúa como
activador metabólico e interviene en la síntesis proteica, especialmente de
fibrina que sirve de unión y soporte de todas las partes del cuerpo, en
especial de las articulaciones. Está indicada en la segunda fase de los
procesos inflamatorios y es el remedio de elección en caso de lesiones de la
piel o de las mucosas. Además regula los mecanismos de eliminación del agua del
organismo, se encarga del funcionamiento de músculos y nervios, y participa en
la secreción de ácido en el estómago. Asimismo, como interviene en los procesos
de asimilación su carencia puede provocar desnutrición, pérdida de peso y
dificultades en el aprendizaje y la comprensión intelectual. Las principales
indicaciones de esta sal son acné, abscesos, amigdalitis, ampollas, aftas,
blefaroconjuntivitis, bronquitis, caída del cabello, cáncer de la boca, caspa,
cataratas, cefaleas, cistitis, diarreas, difteria, edemas articulares, efectos
secundarios de las vacunas, eructos, escarlatina y fiebres eruptivas,
estomatitis, estreñimiento, faringitis, fiebre puerperal, fiebre reumática,
flatulencia, forúnculos, fotofobia, hemorroides sangrantes, hepatopatías,
hinchazones glandulares, indigestiones, inflamaciones de la garganta, nariz y
oídos, juanetes, laringitis, lupus, meningitis, náuseas, neumonía, paperas,
pleuritis fibrinosa, problemas respiratorios, pulmonías, quemaduras, resfriado
con obstrucción nasal, reumatismo, rinitis aguda y crónica, secreciones con
pus, sinusitis, sueño intranquilo, tendovaginitis y verrugas, por mencionar
sólo algunas.
Kalium phosphoricum, Kali phosphoricao Fosfato de potasio
Es importante para las células
hemáticas, musculares y nerviosas en las cuales su déficit produce una marcada
hipofunción acompañada de trastornos psíquicos y pérdida de memoria. Esta
sustancia es la encargada de que la actividad nerviosa y muscular funcione
correctamente. Además distribuye los iones de potasio en el organismo y
previene la degeneración y atrofia celulares. En cuanto a sus indicaciones, se
recomienda para casos de agotamiento psicofísico, amenaza de aborto,
amigdalitis, anemia, angina de pecho, anorexia, ansiedad, apatía, asma, atrofia
muscular progresiva, calambres, cáncer de boca, cardiopatías, ciática,
convulsiones, debilidad corporal y psíquica, demencia senil, depresión,
diabetes, diarreas, dispepsia, dolor de los dientes, dolor muscular, encías
sangrantes, enterocolitis, enuresis, esclerosis múltiple, estados infecciosos e
inflamatorios con secreción fétida, estomatitis, estrés, fiebre tifoidea,
halitosis, hemiplejía, hemorragias, hernia de hiato, herpes simple y zoster,
hipotensión, impotencia sexual, incontinencia urinaria, insomnio, jaquecas
nerviosas, lumbalgias, nerviosismo, neurastenia, oídos sensibles, otitis,
paraplejía, paresias, pérdida de memoria, pulso débil, sonambulismo, tics
nerviosos, úlcera estomacal, vértigo y zumbido de oídos, entre otros.
Kalium sulphuricum, Kali
sulphuricao Sulfato de potasio
Forma parte de la epidermis,
de las células epiteliales mucosas, de los huesos, de los músculos y de las
uñas. Participa en el transporte del oxígeno a las células y de sustancias de
desecho a los órganos de expulsión. Además se considera imprescindible en el
tratamiento de patologías dermatológicas y hepáticas, estimula los procesos de
desintoxicación y está indicada para tratar las inflamaciones con secreciones
mucopurulentas. Es útil en casos de acné, angina de pecho, asma, bronquitis
crónica, caída del pelo, caspa, cataratas, catarros purulentos crónicos,
conjuntivitis, descamación de la epidermis, dermatitis, eczema, epitelioma,
escalofríos, escarlatina y fiebres eruptivas, forúnculos, hemiplejía,
hemorroides, hepatitis, hiperuricemia, indigestión, inflamación crónica de la
membrana nasal, inflamación de la pelvis renal, menstruación escasa y dolorosa,
náuseas, nefritis, palpitaciones nocturnas, psoriasis, pulso débil, reumatismo
articular doloroso, rinitis, seborrea, sequedad de los labios y trastornos de
las uñas.
Calcium fluoratum, Calcarea
fluorica o Fluoruro de calcio
Está presente en el esmalte
dental, los huesos, las células epidérmicas y las fibras elásticas del tejido
conectivo en el que produce un efecto de sostén, de mantenimiento de la elasticidad
y de reabsorción de endurecimientos vasculares. Además también es necesaria
para fabricar y dar consistencia a las uñas y para que se fije el calcio en los
huesos. Actúa como regulador del grado de tensión de los tejidos de tal forma
que los ablanda si están endurecidos -como en el caso de las cicatrices- o los
reafirma si están laxos -como ocurre con las varices o las hemorroides-. Esta
sal está indicada en casos de pérdida de elasticidad de los vasos sanguíneos
(hemorroides, varices, arteriosclerosis, etc.), enfermedades óseas y dentales
(incluida la caries), problemas articulares, lesiones discales, debilidad
corporal, envejecimiento cutáneo prematuro, endurecimiento tisular, raquitismo,
trastornos cardiacos vasculares, hernias, cataratas, etc., es decir, procesos
de relajamiento crónico de tejidos. Pero además se recomienda esta sal en casos
de acné, aneurismas, arrugas, articulaciones dolorosas, bocio, cáncer,
cansancio, cicatrices problemáticas, conjuntivitis, crujidos articulares,
dientes que se mueven, encías sangrantes, esguinces, esmalte dental deficiente,
estrías, exceso de capa córnea (queratina), fatiga crónica, fibromas, grietas
de la piel y los labios, hemorragias nasales, hernia discal, inflamación nudosa
de la glándula mamaria, lengua agrietada, lumbago, lupus, luxaciones,
osteomalacia (ablandamiento de los huesos), osteoporosis, pérdida de
elasticidad vascular, pérdida de memoria y/o de capacidad intelectual, piel
dura y agrietada, prostatitis, psoriasis, quistes sinoviales, reumatismo, sinusitis,
trastornos cardiovasculares y respiratorios, tos con expectoración, tumores de
los huesos, tumores glandulares, úlceras de la boca, úlceras varicosas, uñas
deformadas, verrugas endurecidas y vómitos.
Calcium phosphoricum, Calcarea
phosphorica o Fosfato de calcio
Es la sal más abundante del
organismo. Actúa sobre todos los tejidos corporales -en los que fortalece su
estructura- además de sobre las membranas celulares -haciéndolas más permeables
al intercambio de materiales-. Resulta imprescindible durante las épocas de
crecimiento y desarrollo así como en casos de fracturas porque favorece la
recuperación al acelerar el proceso de soldadura del hueso. Tiene también
acción coagulante sobre la sangre, interviene en la formación de los glóbulos
rojos, es necesaria para un adecuado aprovechamiento del calcio y promueve el
crecimiento suministrando la base principal para los nuevos tejidos además de
ser un excelente tónico con el que recuperarse más rápidamente tras una
enfermedad aguda. Indicada en el tratamiento de alteraciones de tipo nervioso,
amenorrea, amígdalas inflamadas, anemia, ansiedad, artrosis, asma, astenia,
ausencia de apetito, bocio, calambres, cataratas, cefaleas, ciática,
convalecencia, coxalgia, debilidad de la columna vertebral, debilidad física,
diarrea, embarazo, enfermedades óseas y dentales, enuresis, esguinces,
flatulencia, fotofobia, fracturas óseas, hemorragias nasales frecuentes, hernia
abdominal, herpes zoster, hiposecreción ácida del estómago, huesos pequeños y
débiles, incontinencia urinaria, mala memoria, nefritis, ojos resecos e
inflamados, osteoporosis, otitis crónica en los niños, palpitaciones, procesos
pulmonares, raquitismo, retrasos en la dentición, trastornos del sueño,
trastornos menstruales, vegetaciones y vértigo, entre otras dolencias.
Calcium Sulphuricum,calcarea
sulphurica o sulfato de calcio
Se encuentra en la bilis y en
los aminoácidos –principales constituyentes de las proteínas- y es responsable
de la estimulación necesaria para que el organismo pueda producir hormonas y
enzimas. Además activa la curación de heridas o lesiones que supuran, se asocia
a los procesos de desintoxicación del organismo, purifica la sangre (contribuye
a eliminar de ella los corpúsculos ya gastados) y estimula el metabolismo del
tejido conjuntivo. Tradicionalmente se considera adecuada para tratar abscesos,
acné juvenil, alergias de la piel, amigdalitis, bronquitis, catarros con
mucosidad espesa, cistitis, conjuntivitis, diarrea, eczema e hinchazón
glandular, enfermedades del hígado, enfermedades eruptivas, estados catarrales
crónicos con pus, fiebre, fístulas en el ano, forúnculos, gota, heridas que
tardan en curar, herpes zoster, inflamación de la vejiga, irritación labial,
otitis, prostatitis, quemaduras, reumatismos localizados con infecciones
focales de la región nasofaríngea y ótica, rinitis, sarpullidos, sinusitis,
supuraciones, trastornos pulmonares crónicos y úlceras (incluidas las
corneales).
Magnesium phosphoricum, Magnesia
phosphorica o Fosfato de magnesio
Forma parte del cerebro, los
hematíes, el hígado y la tiroides, y participa en los sistemas óseo, muscular y
nervioso. De hecho su principal propiedad es la de amortiguar los impulsos que
los nervios envían a los músculos. Esto significa que si hay carencia de esta
sal podremos sufrir espasmos y cólicos de órganos huecos como, por ejemplo, la
vesícula biliar. Se trata pues de una sal antiespasmódica. Además es
analgésica, antialergénica, antitrombótica, hipocolesterolemiante,
cardioprotectora e interviene en múltiples procesos enzimáticos.
Se considera adecuada para
casos de agotamiento nervioso, angina de pecho, ansiedad, asma bronquial,
ataxia locomotriz, bostezos espasmódicos, calambres, caspa, cervicalgia,
ciática, colecistitis, cólicos, convulsiones, cuadros espasmódicos acompañados
de intenso dolor, diarreas acuosas con dolor abdominal, dismenorrea,
dispepsias, dolor de muelas, dolores nerviosos espasmódicos, enuresis,
epilepsia, esclerosis múltiple, espasmos dolorosos, estreñimiento,
excitabilidad neuromuscular y cardiaca, falta de olfato, fiebres, flatulencia,
fotofobia, herpes simple y zoster, hipo, insomnio, jaquecas fuertes, lagrimeo,
meteorismo, migrañas, neuralgias, opresión cardiaca, palpitación espasmódica
del corazón, Parkinson, retención de orina, tartamudeo, tos convulsiva,
trastornos menstruales y zumbido de oídos, entre otras situaciones.
Ferrum phosphoricum o Fosfato de
hierro
Es la principal ayuda
bioquímica de la sangre y de los órganos hematopoyéticos. Es imprescindible
para la síntesis de hemoglobina, de la que supone tres cuartas partes del
total. Tiene la propiedad de atraer al oxígeno con lo que contribuye a que este
gas se fije a la sangre para que las células del organismo estén más
oxigenadas. Así, aumenta el nivel de energía de la persona además de potenciar
su sistema inmune. Asimismo estimula la formación de glóbulos rojos, es el
remedio principal para la primera fase de procesos inflamatorios y febriles, se
le considera muy importante en los procesos de crecimiento, gestación y
lactancia y es un excelente tónico general para el organismo. Sus principales
indicaciones son alergias, anemia, abscesos, afecciones de garganta,
amigdalitis, aneurisma, bronquitis, bronconeumonía, catarros nasales, cistitis,
congestión pulmonar, conjuntivitis, contusiones, dificultades de concentración,
dolor de oídos, enuresis, epilepsia, estreñimiento, faringitis, fiebre, gota,
gastritis catarral con vómitos, hemorragias, heridas, hernia abdominal,
incontinencia urinaria, infecciones diversas, inflamaciones agudas, laringitis,
meningitis, neumonía, orina en sangre, orzuelos, otitis, pérdida de apetito,
resfriados, ronquera, sarampión, sequedad vaginal, síntomas reumatoides,
sobrecarga física, sofocos de la menopausia, sordera, supuración de oídos, tics
nerviosos y tos, entre otras.
Silícea u Óxido de silicio
La Sílícea forma parte de
pulmones, ganglios linfáticos y glándulas suprarrenales pero también es
componente del tejido conectivo. De hecho es fundamental para la constitución
de la piel, las uñas, el cabello, las mucosas y los huesos teniendo funciones
importantes en estas estructuras como son activar la formación de colágeno (es
decir, de la proteína necesaria para el desarrollo de cartílagos, tendones,
tejido conjuntivo y huesos así como dar resistencia al cabello y a las uñas),
aumentar la capacidad de resistencia mecánica de los tejidos e intervenir en la
absorción del calcio de los alimentos para su posterior fijación en los huesos.
Además estimula la fagocitosis frente a las infecciones y activa la reabsorción
de hematomas y derrames. Asimismo tiene la propiedad de descongestionar las
zonas del cuerpo bloqueadas por sustancias de desecho y hacer que éstas sean
arrastradas hasta la superficie corporal permitiendo así que el organismo
elimine pus en casos de procesos infecciosos. De ahí que se la considere el
remedio principal en casos de supuración –de hecho, se ha denominado a esta sal
como el “bisturí homeopático”- pero también de fístulas óseas, caries y
orzuelos. También está indicada en abscesos, acné, amigdalitis frecuentes,
anemia, arteriosclerosis, artrosis, astenias física y psíquica, ataxia
locomotriz, blefaritis, bocio, bronquitis crónica, bulimia, caída del cabello,
cáncer, cefalalgia, constipación, convulsiones, coxalgia, demencia senil,
dermatosis, derrames, desmineralización, dientes flojos, difteria, dismenorrea,
efectos indeseables de la vacunación, enuresis, epilepsia, esterilidad, exceso
de apetito, falta de atención, fístulas en el ano, fisura anal, furunculosis,
gonorrea, hematomas, hemorroides, hipersensibilidad al frío, hiperuricemia,
inflamación e infección de los dedos cerca de la uña, incontinencia de orina,
jaquecas, lepra, mala cicatrización, mastoiditis, neurastenia, otitis aguda y
crónica, parasitosis intestinal, pezones agrietados, piorrea, problemas del
crecimiento, propensión a la supuración, prostatitis, prurito vaginal, quistes
sebáceos, raquitismo, reumatismo crónico, sinusitis, sonambulismo, sordera,
sífilis, tos, tuberculosis, tumores mamarios, úlceras bucales, úlcera varicosa,
uñas quebradizas, uretritis crónica, varices, vegetaciones, vértigos y
verrugas.
¿CÓMO TOMARLAS?
El propio doctor Schüssler
observó que tomar habitualmente de forma homeopática estas sales prevenía la
manifestación de muy distintas enfermedades y aliviaba numerosas alteraciones
biológicas o dolencias. Y estableció una serie de pautas e indicaciones que,
más de un siglo de intensa experiencia después, siguen constituyendo una guía
terapéutica de notable sencillez cuyos remedios producen los resultados
esperados de forma natural e inocua. Como en su momento explicó deben tomarse
al menos 15 minutos antes de las comidas o una hora después. Y durante el
tratamiento evitar la ingesta de grasa saturada, los estimulantes fuertes y los
alimentos fritos o muy condimentados además de enriquecer la dieta con
suficiente fruta y verdura. Lo más frecuente es encontrar las sales en forma de
comprimidos que se deben dejar disolver en la boca sin necesidad de agua u otro
líquido. Es importante que se dejen disolver lentamente para que la mucosa
bucal absorba mejor las sales y lleguen lo más directamente a la sangre
evitando el tránsito por el tracto gastrointestinal.
Cuando se necesite tomar más
de una sal lo adecuado es alternarlas: un día una, otro día otra. Aunque como
las concentraciones en las que se emplean son infinitesimales y no hay
interacciones entre ellas pueden tomarse las doce juntas ya que el organismo
sólo asimilará las que necesita.
Eso sí, tenga paciencia. El
tratamiento debe seguirse durante un tiempo prolongado para recuperar el
equilibrio perdido aunque, obviamente, la rapidez con que se logre dependerá de
la gravedad e intensidad de la alteración. En todo caso recuerde que se trata
de un tratamiento natural, efectivo y sin efectos secundarios. Y que,
lentamente, puede mejorar considerablemente su salud.
Fuente: Discovery Salud