PARÁBOLA
DEL CHINO Y EL CABALLO
Un
chino tenía un caballo. El caballo se le escapó.
Los
vecinos fueron a darle el pésame. «¿Quién dice que sea una desgracia?», les
contestó el chino. En efecto, a la mañana siguiente el caballo vino trayendo
una yegua salvaje. Los vecinos le felicitaron. «¿Quién dice que sea una
fortuna?», respondió el chino. A los dos días su hijo primogénito, montando la
yegua, se cayó y quedó cojo. Los vecinos expresaron su dolor.
«¿Quién
dice que sea una desgracia?», preguntó el chino. Al año siguiente hubo una
guerra en el país. El primogénito, por estar cojo, no tuvo que alistarse en el ejército.
¡Cuántas veces los juicios apresurados impiden ver más alto y más lejos! La
paciencia es esa mirada que aguarda algún no-visto e imagina algún no-lugar.
De
ahí le viene a la paciencia su capacidad para tejer u-topías (no-lugares) y
u-cronías (no-tiempos). Y de ahí también la extraordinaria vecindad entre la modesta
paciencia y la modesta esperanza.
Libro.-
“Diez Virtudes para vivir con Humanidad”.
Autor.-
Carlos Diez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario